La mano diabética, la osteoartritis y el hombro congelado son las condiciones más comunes que se asocian con la diabetes y el dolor articular. Desafortunadamente, la diabetes y el dolor articular van juntos. El manejo del dolor, el control de azúcar, los medicamentos y la terapia física son los métodos principales usados para controlar el dolor asociado con el dolor articular Los diabéticos están en riesgo de varios tipos de enfermedades óseas que afectan principalmente a las articulaciones. El dolor articular se asocia con estas enfermedades. El tratamiento del dolor, el ejercicio y el estilo de vida suelen ser la única manera de encontrar alivio al dolor de las articulaciones. Prevención: La mejor prevención para el dolor articular asociado con la diabetes es el control del peso y los niveles de azúcar con una nutrición apropiada y ejercicio diario. Hay algunos tipos de enfermedades óseas que los diabéticos corren el riesgo de sufrir pero que no afectan a las articulaciones y no son dolorosas. Sin embargo, hay otras que atacan específicamente a las articulaciones y pueden causar bastante dolor. La gestión del dolor, el control del azúcar y el ejercicio son importantes para llevar estos tipos de enfermedades óseas. El síndrome de la mano diabética sucede cuando las articulaciones en la mano son restringidas porque la piel se vuelve cerosa y gruesa. El dolor asociado con esta enfermedad se controla con soportes y terapia física. Controlar bien el azúcar puede reducir la rapidez a la que progresa esta enfermedad y reduce el dolor. La osteoartritis es muy común en muchos diabéticos. La articulación se inflama, particularmente cuando se usa repetidamente o se restringe. El hombro congelado es una condición articular normalmente limitada sólo a los diabéticos. La condición progresa a través de tres fases. El hombro entra inicialmente en la fase del dolor. Cualquier movimiento duele. La segunda fase se caracteriza por movilidad limitada y dolor. La fase final es la descongelación, donde el rango de movimiento se incrementa y el dolor disminuye. No hay tratamiento fijo para esta condición. Cada fase puede durar hasta un año y suele haber recurrencia.
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Diabetes y dolor articular
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